ostaviti glavu
vale ya rayo obstinado
yo soy nuevo en esto de la felonía
yo llego
y me adentro en la tempestad
yo vengo
aunque te cueste creerme
verdad
al grano
me mata tu astenia consentida
convengo antes de saltar al vacío
me devora la pantera sobre el nenúfar de único rugido que está atravesándolo todo
circunspecta
mi sacrificio es en vano
caída
y tus doctrinas de humo socorriendo a la niebla del futuro inmediato en la popa hundida
es una línea recta que se hace curva
es un garfio
una mano
otra curva
rematar no está penado
tranquilo
besos de arena para la hoguera de este camino de niebla mortal
calibrado por el báculo de las palabras en el vendaval de adentro
con la punta clavada en el suelo
sobre una cabeza
sigilo
y las pompas que se lleva el motín de las razones en el desván submarino de pactos de barro
explotan al nacer
y otra cría muerta
eliminada por su madre
hecha pedazos
víctima
cuilo
miserable
y los frenos de tu cautela que me están volando los besos
a qué cojones estás jugando
rotundo
vale ya rayo obstinado
vale ya
rayo obstinado
vale ya con la certeza sombría y el cúmulo de triza
y
palabras de amor ampolladas
y
nuestra copa sin marcas de saliva
y
tus labios sin lanzadera
se está desfigurando eso que era
vale ya rayo obstinado
ya
hoy que solo quedan profesores con vocación de espaldas
y que la tiza que se desliza deletreando Platón en los días en los que quisiera no es poder
se hace pájaro y pía
y como si nada
una viola
un violón
es
era
los acercamientos son porfías pautadas
bolsas picadas
vacías
limonada sin azúcar
agua
limón
y se traza con audacia en los silencios
tú y yo
tú soy yo
yo eres tú
pulsión de condena
tú y yo se extiende por el suelo de mi pecho como un árbol del revés
y luego mojarte los muslos
y los roces de mi barrena
gruñido
el peso de mi pecho tu espalda
en el menú desnudos rabiosos
cortes de sable
adentro
acecho
ojos azules
grises
me conformo con el cariño
obediente
vale ya rayo obstinado
lombrices
baúles
despecho
sudor mendigo en el jugo de tus besos incurables
insisto
hazlo ya
dime que sí me esperas allí
en sitio ninguno
no me has olvidado
tálamo de amnesia
llaves sin puente
sin candado
profundo inmutable
no me vayas
yo adopto corduras para mi muerte en tu ombligo
lealtad que da miedo
un segundo
sigo
nubada de arredras sobre el tejado mientras llueve sobre tu silueta de polvo sostenida por la oscuridad
tan sólo llueve
tranquilo
es sólo el fin del mundo
OCOL